El océano es un lugar hermoso, lleno de todo tipo de criaturas increíbles. Pero también alberga cinco grandes acúmulos de basura cada vez mayores, y aunque a menudo se cree que estas cosas son islas flotantes de basura en realidad, son más bien como sopas muy concentradas, llenas de desechos plásticos que el sol ha degradado en pequeñas piezas del tamaño de confeti. Este desecho ‘microplástico’ está literalmente esparcido por todo nuestro océano, desde la superficie hasta las profundidades inferiores, pero en cinco áreas alrededor del mundo hay muchos más desechos de lo habitual, y estos se conocen como los ‘Islas de basura’ de la Tierra. En este artículo de Satur Gestión de residuos hablamos detenidamente sobre este problema.
Si bien es cierto que estas áreas tienen una mayor concentración de plástico que otras partes del océano, gran parte de los desechos que se encuentran en estas áreas son pequeños trozos de plástico (microplásticos) que están suspendidos en toda la columna de agua. Los desechos se extienden por la superficie del agua y van desde la superficie hasta el fondo del océano. Varían en tamaño, desde grandes redes de pesca abandonadas hasta los mencionados pequeños microplásticos. Esto hace posible navegar a través de algunas áreas de estos acúmulos de basura.
Entonces, ¿cómo se formaron exactamente? El equipo del Estudio de Visualización Científica de la NASA recopiló 35 años de datos que mostraron cómo las corrientes oceánicas han llevado los desechos plásticos a cinco zonas específicas. La investigación se basó en cientos de boyas de recolección de datos lanzadas por la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) en las últimas cuatro décadas, creando una localización bastante precisa y acreditando de forma palpable cuán lejos viajan los desechos que generamos.
¿Cómo son de grandes? Debido a que los puntos de acumulación son dinámicos, el tamaño de estas áreas concentradas cambia constantemente, lo que hace extremadamente difícil estimar el tamaño de las islas de basura. Además, aunque estas áreas tienen mayores cantidades de desechos marinos, otras zonas contiguas no están formando islas de basura claramente delimitadas y visibles, pero contienen grandes cantidades de estos desechos que se mezclan continuamente y se extienden. La conclusión es que, a día de hoy, nadie sabe con certeza cómo son realmente de grandes estas islas de basura.
¿Qué tipo de escombros encontramos? Los desechos en las islas de basura se componen principalmente de piezas de plástico de menos de cinco milímetros de tamaño. Muchos de estos microplásticos son el resultado de grandes desechos plásticos que se rompen en pedazos más pequeños debido a la exposición a elementos ambientales como la luz solar, el viento y las olas.
Las islas, también denominadas, parches de basura, se encuentran en el medio del océano, donde la gente casi nunca va. Debido a que son tan remotos, puede ser difícil estudiarlos. Hasta ahora, sabemos que los desechos marinos que se encuentran en los parches de basura pueden afectar la vida silvestre de varias maneras:
No sabemos si, o cómo, los parches de basura están afectando la salud humana. En términos generales, sabemos que los humanos pueden estar expuestos a microplásticos de varias fuentes, como mariscos, sal marina, agua del grifo, cerveza e incluso miel. Sin embargo, no sabemos cómo, o si los humanos se ven afectados por esto. Las microfibras de plástico también pueden transportarse en el aire y encontrarse en el polvo doméstico (por ejemplo, desde muebles, alfombras, ropa, etc.), por lo que la exposición de mariscos y otras fuentes oceánicas puede ser pequeña en comparación. La comunidad científica está explorando activamente este tema.
¿Qué podemos hacer? Aunque la eliminación es una pieza importante del rompecabezas, la prevención es, en última instancia, la clave. Si consideramos un fregadero desbordado, es obvio que el primer paso antes de limpiar el agua del piso es cerrar el grifo, eso es lo que queremos decir con prevención. Al trabajar para prevenir los desechos marinos a través de la educación, la divulgación y haciendo un esfuerzo individual para reducir nuestra propia contribución, podemos detener esta preocupación global. En estos momentos la clave está en la correcta recogida y el necesario reciclaje de los residuos generados por la actividad humana e industrial. Atajar el problema en su origen, para que no siga creciendo y dar tiempo a la ciencia a encontrar un modo de limpiar los enormes acúmulos de basura que ya han sido generados.